martes, 5 de julio de 2011

Iván Ferreiro graba nuevo disco

Iván Ferreiro graba nuevo disco. Y en directo. Nos enteramos una semana antes de cuándo y cómo se va a producir la grabación y nos invitan a asistir a ella, así que POPES80.com se desplaza hasta el plató de CATA, en mitad de Argüelles, para ser testigos del momento. Una ocasión única para ver a Iván Ferreiro cantando algunas de las mejores canciones de su discografía.

Nada más llegar, el equipo nos reparte unos panfletos con un mensaje de Iván hablando de la grabación, que será en audio e imagen, y para la que nos piden esperar al final de cada canción antes de aplaudir, no grabar ni filmar mientras ellos actúen y esperar hasta el descanso, que llegará en el intermedio del show.

Unos cincuenta o sesenta privilegiados nos sentamos frente al "escenario", aunque esta vez el escenario es una estancia que alguno tilda de "vintage": paredes verdes, moqueta roja, una radio antigua, un aparato de televisión -que probablemente ya cumplió su función en este mundo y que ahora solo emite interferencias-, cuadros de paisajes, cortinas de estampado poco llamativo y una cama, lo que nos da la pista final de que no es un salón, sino una especie de habitación sobre la que ya descansan teclados, guitarras, micrófonos y atriles.

La banda aparece por una puerta lateral y desaparece tras la puerta del cuarto, para reaparecer ante las cámaras con el productor Suso Sáiz al frente, seguido de Iván Ferreiro y el resto de la tropa. Están Amaro Ferreiro y Emilio Sáiz a las guitarras, Pablo Novoa a los teclados y guitarras, Gael Pintos a la batería, Ricky Faulkner al bajo y tres metales de No Reply: Alex Serrano, Marcos Crespo y Frankie González.

"No es un concierto al uso", nos aclara el gallego nada más salir por la puerta del decorado, que se sienta al piano y espera a que Amaro afine su guitarra con tranquilidad. "Hermanos pequeños", murmura, buscando una complicidad con la audiencia, que está muy dispuesta a colaborar. Pasan pocos minutos hasta que arrancan los acordes de 'Mi furia paranoica', el primero de los 14 temas que formarán parte de este directo. Tardamos poco, también, en darnos cuenta de que por mucho que se pretenda convertir el decorado en una habitación, no vamos a asistir a un concierto acústico. La banda suena potente, fuerte, muy bien engrasada. La primera cae con bastante fidelidad a la original, con un brillante papel de la trompeta, el saxo y el trombón.

También estarán en el siguiente tema, 'Picnic al borde del camino', y desaparecerán antes de la tercera, 'Extrema pobreza', canción que Iván empezará excusándose por un supuesto error que luego matizará: "En realidad la cagaron ellos", aclarará, mientras se van relajando las tensiones de cualquier arranque. En el segundo intento, una muchacha rubia un tanto compungida aparece en escena, se sirve un copazo, se sienta al lado de Iván, en el piano, y se deja hundir al compás de la letra, jugando con la misma intensidad con la que juega el propio tema, y desapareciendo con el final de la canción.

Sabíamos que habría temas nuevos, y los hay. Bueno, sólo habrá uno: 'Mi munchausen', un título facilito, como ironiza su creador, que se levanta y deja que Pablo toque el piano, mientras Suso, que parece el director de la orquesta, menea la cabeza envuelto totalmente en la canción, y acaricia un xilófono que le da un toque distinto.

¿Cuál será la quinta? Es 'Promesas'. Primer guiño de la tarde a Piratas, algo que se repetirá más veces de lo esperado. Elige una adaptación bastante rápida, que desaparece "como lágrimas en la lluvia", sin los resquicios de 'Resurrección' que imperaban en los conciertos de su ex banda, pero regado de aplausos, siempre con algo de retardo para no colarse en la grabación. El público, una vez más, demuestra estar por la labor de ayudar a que todo salga perfecto.

Tras ella llega un fallo de engranaje, y retoman con otra pirata: 'Santadrenalina'. Un tema escondido en aquel 'Respuestas' de 2003, interpretada como sucede en la mayor parte del 'concierto': la voz de Iván se queda en primer plano, sola, en muchos momentos de la noche, hasta que la banda la respalda con tremenda solvencia. Iván pregunta si nos estamos aburriendo, pero después del contundente 'No' del público, responde que la alternativa "es coger la puerta y a la puta calle". Leído parece brusco; pero acostumbrados al humor fino del gallego, su público sabe acoger la broma.

'Turnedo' aterriza con el regreso de los metales y dada la vuelta: empiezan con el 'in crescendo' musical que se produce al final en la canción original. A mitad del tema, después de "y digámonos adiós", Iván se acerca a la puerta. ¡Sorpresa! Al otro lado aparece Xoel López, que retoma el tema a solas con 'Aunque siga suspirando…', para ser después acompañado por el resto de instrumentos. Da la sensación de que la canción es más corta, pero el truco está en la alteración del orden de elementos.

Tras 'Rocco Siffredi' al piano, y esos guiños al disco 'Avería y redención' de Quique González, la banda hace el descanso. Tropezamos con ellos en el pasillo. Iván pregunta si nos está gustando, y confiesa que ya grabaron los temas ayer, sin espectadores. "Lo de hoy es para disfrutar", asegura. Pero, con mayor o menor presión, al de Vigo se le nota su entrega. Debe ser difícil cantar canciones como las suyas sin sentirlas por completo, y así lo muestra, con todo tipo de aspavientos, dejándose la voz en cada estrofa.

Tras el breve descanso, y siempre con interrupciones muy cortas y sin segundas tomas, llega 'La canción del no' al piano. El concierto afronta su recta final, y lo hace con muchos guiños al pasado. Arranca 'Años 80' a piano y voz, pero el sonido se acopla y hay que repetirla ("Nos jodieron la sorpresa"). Iván se deja llevar por la energía de la canción cantando con intensidad. Qué difícil cantar así sentado al piano (ahora, electrónico), piensa más de uno.

Cuatro temas para terminar. 'El equilibrio es imposible' lo empieza Santi Balmes, cantante de Love of lesbian, con el que logra una conjunción perfecta que arranca numerosos aplausos. 'N.Y.C.', un prodigio de combinación de intensidades; 'Tiovivo', otro guiño al disco 'Relax' de Piratas con el que están a punto de terminar ("Llevamos quince días ensayando esto, ya es hora") y un final apoteósico con 'Mi coco', que comienza a piano y voz y mantiene un ritmo bastante fuerte, pero algo más ralentizado que la original.

El público se pone de pie, la banda se mira satisfecha, Iván resopla. Ya está, está hecho, buen trabajo. Ha sido una noche intensa, una prueba para ellos, y una demostración para nosotros, que hemos disfrutado de canciones –a veces- más cortas, más firmes, con un juego de intensidades perfecto y un sonido impecable. El disco promete. Ahora sólo queda esperar.

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